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  Recetas y Vida sana
 

Guía para una vida sana es una publicación breve online (solo 2 hojas) que resume consejos saludables para las personas y el planeta y sus contrarios en diferentes áreas: alimentación, limpieza, higiene y cosmética, jardin, cocina, consumo, bioconstrucción, tecnología y energía.

El manual está editado por la Fundación Vivo Sano dedicada a la investigación y divulgación de modos de vida beneficiosos para la salud con un marcado enforque preventivo y que tiene publicadas diferentes guías sobre estos temas.

Para algunos, estos consejos pueden parecer muy idealistas, alejados de los hábitos diarios y caros porque defienden principalmente los productos naturales, lo ecológico -que tantos beneficios aporta al organismo frente al cultivo químico-, lo local y lo ético pero, poco a poco, esta filosofía de vida se va extiendo, recibiendo apoyos institucionales, acercándose a los hogares y democratizándose. Lo importante es que entendamos qué cosas nos perjudican y cuáles no, y que tratemos de potenciar las segundas en nuestra vida diaria adaptándonos a nuestras circunstancias.

El pdf “Guía para una vida sana” se puede descargar aquí y a continuación detallamos los capítulos sobre alimentación y cocina para que sepamos donde está el norte de la brújula y nos perdamos poco…

 

1. ALIMENTACIÓN

Sano para mí y el planeta

  • Cereales ecológicos.
  • Maíz, arroz, trigo y soja no transgénicos.
  • Frutas y verduras ecológicas, locales y frescas.
  • Carne, leche y huevos ecológicos, respetuosos con el medio y el animal.
  • Pescado extraído con técnicas sostenibles o de piscifactorías ecológicas.
  • Productos preparados con alimentos naturales, ecológicos y frescos.
  • Bollería casera y dulces hechos con harinas integrales, ecológicas y azúcares no refinados.
  • Aceite de oliva y/o de girasol obtenido por métodos tradicionales (primera presión en frío).
  • Agua de alta calidad y zumos naturales ecológicos.

Malo para mí y el planeta

  • Cereales comunes tratados con plaguicidas y fertilizantes. (1a)
  • Maíz, arroz, trigo y soja de origen transgénico. (1)
  • Frutas y verduras comunes tratadas con pesticidas o plaguicidas, transportadas desde largas distancias y consumidas fuera de temporada. (1)
  • Carne, leche y huevos de animales normalmente tratados con antibióticos y alimentados con pienso transgénico. Procedente de ganaderías que no respetan a los animales. (1b)
  • Pescado común, procedente de piscifactorías y alimentado con productos transgénicos, alevines o harinas de origen animal. Pesca extractiva que contiene alto contenido en mercurio,
    plomo, dioxinas, furanos o arsénicos. Especies en peligro de extinción (atún rojo). (1c)
  • Platos preparados, comida rápida, productos y comidas preparadas que contienen aditivos, conservantes, colorantes, saborizantes o texturizantes y envasados en plásticos
    termosensibles. (1)
  • Bollería industrial, masas de cocina y golosinas que contienen aceites vegetales como palma o coco, grasas vegetales hidrogenadas, azúcares refinados, aditivos, conservantes, colorantes,
    saborizantes. (1)
  • Aceites vegetales refinados extraídos en caliente o a través de medios químicos.
  • Agua y zumos en botellas de plástico, bebidas artificiales que contienen azúcares refinados, conservantes, acidulantes, saborizantes, y líquidos contenidos en envases de plástico
    expuestos a altas temperaturas o a bajas temperaturas. (2a)

 

(1a) El trigo común puede generar problemas de intolerancia alimentaria. Existen alternativas como el trigo sarraceno, la espelta, la quinoa, el kamut.
(1b) Pescados como el pez espada y el atún pueden contener mercurio. Se recomienda un consumo responsable del mismo sobre todo por parte de embarazadas y niños, ya que el mercurio es una sustancia neurotóxica. Pescados como el salmón pueden contener plomo, dioxinas, PCBs y furanos, y pescados y mariscos como el lenguado o las gambas pueden contener arsénico. Todos estos metales pesados proceden en su mayoría de industrias metalúrgicas y siderúrgicas.
(1c) La leche de vaca puede generar problemas de intolerancia alimentaria. Existen alternativas como la leche de avena, de soja, de arroz, de kamut o de almendra.
(1) Muchos de estos productos contienen compuestos orgánicos persistentes (COPs), esteres, acetatos, glicoles, gliceroles, alcoholes, dioxinas, furanos, PCBs (bifenilos policlorados), DDT o metales pesados que contribuyen al desequilibrio de las funciones endocrinas, del sistema inmunitario, el sistema nervioso y el sistema reproductor, y contribuyen al desarrollo de cánceres y otras enfermedades. Toda la población es susceptible de estos efectos. La población más afectada son los bebés, niños, mujeres embarazadas, ancianos y enfermos.
(2a) Los envases de plástico expuestos a muy altas temperaturas o muy bajas temperaturas pueden liberar sustancias tóxicas utilizadas para la suavidad y la maleabilidad de los mismos, como los ftalatos o estructurales como el bisfenol-A. Por ello se aconseja no utilizar envases de plástico para cocinar ni para congelar, ni beber de botellas de agua de plástico expuestas a altas temperaturas, ni congelar bebidas o comidas en envases de plástico.
http://www.entrepucheros.com/wp-content/uploads/2011/01/cocina-sana.jpg

2. COCINA

Sano para mí y el planeta

  • Utensilios elaborados con productos no tóxicos tales como el cristal, el hierro fundido y la cerámica.

Malo para mí y el planeta

  • Utensilios de plástico tales como platos, contenedores de comida, envoltorios, vasos, etc. Sartenes de teflón y otros utensilios con superficies antiadherentes que contienen perfluorados y ftalatos. Recipientes de aluminio o que contengan plomo (2)

(2) Muchos de estos productos continen esteres, éteres, glicoles, alcoholes, ftalatos, COVs, PCBs, cloro, aldehídos, hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs), parabenos o alérgenos que contribuyen al desequilibrio de las funciones endocrinas, el sistema inmunitario, el sistema nervioso y el sistema reproductor, y contribuyen al desarrollo de cánceres y otras enfermedades. Toda la población es susceptible de estos efectos. La población más afectada son los bebés, niños, mujeres embarazadas, ancianos y enfermos. Muchos de estos productos son extremadamente peligrosos para bebés y niños.

Sitio oficial: Fundación Vivo Sano


 

“Cada vez que abrimos el frigorífico o la despensa entramos en el sistema alimentario mundial. Suena raro, pero es así (…) A comienzos del siglo XXI el sistema no funciona correctamente, deja a casi 1000 millones de personas con hambre cada día y provoca que un 50% o más de la población en más de la mitad de los países industrializados tenga sobrepeso (…). Es evidente que HAY QUE ARREGLAR EL SISTEMA ALIMENTARIO (…) Las empresas y los gobiernos no constituyen el único poder del sistema. Los que compramos, cocinamos y comemos los alimentos somos más poderosos de lo que creemos”

“Si actuamos suficientes personas, los efectos de estas acciones se reflejarán en toda la cadena alimentaria. Entonces, los gobiernos y las mega empresas que fomentan este sistema alimentario defectuoso se verán obligados a cambiar la forma en la que hacen las cosas”.
Intermón Oxfam

En esta vida todo tiene una receta, desde las magdalenas hasta la felicidad o hacer un mundo mejor.

Bajo el título de “Receta para cambiar el mundo. El poder de los consumidores para conseguir un futuro alimentario más justo” la organización Intermón Oxfam en España ha presentado un informe y una encuesta que revela las causas de las injusticias del sistema de alimentos (en manos de cada vez menos empresas y cada vez más poderosas a niveles transnacionales) y a la vez, el inmenso poder que tenemos los ciudadanos para transformar la situación.

¿Cómo? Desde nuestros hogares porque “lo que hacemos en el supermercado o en la cocina sí importa y estos pequeños gestos llevados a cabo por muchas personas pueden tener un gran impacto”.

 

La encuesta se ha realizado entre más de 5.100 MADRES de ciudades y pueblos en 6 países (3 desarrollados -EEUU, reino Unido y España- y 3 en vías de dedsarrollo -Brasil, la India y Filipinas) y ha demostrado temas como estos:

  • en todo el mundo las mujeres son las que toman la mayoría de las decisiones sobre los alimentos que se compran y cómo se cocinan, y controlan el 65% del gasto de consumo anual mundial, es decir, aproximadamente 12 billones de dólares.
  • en comparación con los hombres, casi el doble de mujeres cocinan y dedican 4 veces más tiempo a la preparación de alimentos y a la cocina
  • la mayoría de las encuestadas quieren saber cómo mejorar sus hábitos de consumo y cómo usar menos energía al cocinar
  • casi todas las encuestadas están dispuestas a poner en práctica iniciativas positivas como preparar platos sin carne para su familia un día a la semana
  • las mujeres en los países desarrollados se sienten menos conectadas con los productores de alimentos y son menos conscientes del impacto que tienen sus elecciones en las vidas de otras personas y en el planeta que aquellas que viven en países en desarrollo.
  • Y como conslusión, existe una oportunidad clara para aprovechar el inmenso poder de las personas como consumidores

El informe “Receta para cambiar el mundo” está disponible gratuitamente en pdf y, además de tratar en profundidad los puntos anteriores, ofrecen consejos para cocinar de manera eficiente

y 5 SENCILLAS ACCIONES para arreglar el sistema alimentario mundial:

AHORRAR COMIDA
Alrededor de 1/3 de los alimentos que se producen para comer acaba desaprovechándose o desperdiciándose en el camino que lleva de la explotación agrícola al plato. Pero si planificamos nuestras comidas y guardamos las sobras, podemos reducir lo que se desperdicia. También seremos responsables de menos emisiones de gases de efecto invernadero, lo cual es más sostenible.

APOYAR A OTROS
Si apoyamos a los productores de alimentos a pequeña escala, estaremos apoyando a 1.500 millones de personas que viven de pequeñas explotaciones agrícolas en el mundo y ayudando a proteger su capacidad para producir alimentos en el futuro mediante prácticas agrícolas sostenibles. Buscar productos de comercio justo cuando compramos es una fantástica forma de llevar esto a cabo.

ALIMENTOS DE TEMPORADA
Se desperdicia mucha energía intentando cultivar alimentos en el lugar equivocado, en la estación equivocada del año. Si descubrimos qué productos de temporada tenemos en nuestra región, encontraremos deliciosas frutas y verduras que podemos consumir y que no están utilizando toda esa energía para llegar a nuestro plato.

COCINAR CON CABEZA
Dependemos de valiosos combustibles fósiles para cocinar y calentar los alimentos dando como resultado elevadas emisiones, así como elevadas facturas energéticas. Si intentamos cocinar con la menos cantidad de agua posible, utilizamos cacerolas planas, tapamos las cacerolas y bajamos el fuego en cuanto el agua empiece a hervir, podemos ahorrar agua, energía, luz y dinero.

MENOS CARNE
La cría de animales para su consumo genera más emisiones de gases de efecto invernadero, e implica un mayor consumo de agua y requiere una mayor superficie de tierras que el cultivo agrícola de alimentos. Si consumimos un poco menos carne y un poco menos de lácteos, reduciremos drásticamente los efectos de nuestra dieta sobre el medioambiente

Dice un proverbio africano que “la unión en el rebaño hace al león acostarse con hambre”, pues manos a la obra y que la cesta de nuestra compra sea una revolución…

Sitio oficial: Intermón Oxfam

DESCARGAR informe en pdf



“¿A quién no le ha sobrado alguna vez restos de comida o cuántas veces nos hemos descuidado de la caducidad de algunos alimentos? En este recetario podrás encontrar recetas prácticas y sencillas con las que evitar que tires comida o se te pasen los alimentos. Es un punto de inicio desde el que te damos pistas para empezar a poner en práctica viejas costumbres que hasta hace no mucho eran el pan de cada día”

 

Muchos platos de la cocina tradicional nacieron de sobras de menús cocinados con anterioridad y del sentido común que aconsejaba aprovechar los alimentos. En estos momentos de mayor conciencia ecológica sobre la cantidad de basura que vertemos al medioambiente y de crisis económica, los trucos y las prácticas de nuestros antepasados son muy bienvenidos.

Hace unos años (2008), la Mancomunidad de San Marcos y el Departamento de Desarrollo Sostenible de Gipuzkoa lanzaron una campaña de concienciación buzoneando en la comarca más de 100.000 recetarios, titulados “Para no dejar ni las migas“, en el que colaboraron cocineros de prestigio como Martín Berasategui o Mikel Santamaria y cuyo objetivo era aportar ideas para despilfarrar menos, planificar mejor y aprovechar los alimentos y las sobras en la cocina con 20 recetas.

 

“Para no dejar ni las migas“ se puede leer en PDF y en él encontramos, además de las recetas, 3 interesantes capítulos con sugerencias:

  • prevenir desde la compra
  • abriendo el frigorífico ¡11 sorpresas!
  • reutilizando sobras para hacer ingredientes (migas, pan rallado, pan tostado)

Merece la pena tener en cuenta estas ideas y recuperar el espíritu de mesura, frugalidad y seguir las estaciones de nuestras abuelas…

Estas son las recetas para no dejar ni las migas:

Txalupa: calabacines rellenos
Puding de verdura
Tallarines con chipirones
Crema de alubias de Tolosa
Croquetas de bacalao y espinacas
Crema de marisco
tartaleta de champiñones gratinados con queso
Sopa cremosa de lentejas
Pimientos rellenos de zancarrón
Bola de carne picante
Ensaladilla de pechuga de pollo
Empanadillas de pescado
Pastel de bacalao
Revuelto de anchoas y piquillos
Lomos de sardinas con gazpacho doble y pan
Milhojas de bacalao tibio
Huevos a la flamenca
Mermelada de melocotón
Torrija de melón en sopa de pieles de melocotón
Calabaza con su jugo, miel, queos fresco y pan

DESCARGAR “Para no dejar ni las migas”


Verdes, negras, moradas… las aceitunas de mesa son nuestro aperitivo de toda la vida y una delicia por sí mismas. Además, son ideales para combinar con cualquier tipo de ingrediente, porque en su sabor encontramos los cuatros básicos: amargo, dulce, salado y ácido. Recorre con nosotros la geografía española para descubrir un sinfín de combinaciones posibles aliñando aceitunas, o lo que es lo mismo, practicando el “aceituning”. Expertos cocineros te mostrarán sus mejores aliños a partir de los ingredientes de su tierra, ¡prueba a diseñar tu propia receta!
Aceituning

España es el principal país productor y exportador de aceitunas de mesa del mundo y es lógico que se muestre a los consumidores distintas formas de disfrutarlas. Desde Interaceituna, organización interprofesional de la aceituna de mesa, han creado el Aceituning,”un nuevo concepto culinario que consiste en enriquecer las aceitunas envasadas que puedes encontrar en cualquier establecimiento, mediante originales aliños”, y nos lo muestran en un pdf lleno de color e ideas originales.

También nos recuerdan 7 razones para consumir aceitunas:

 

  1. Porque forman parte de la Dieta Mediterránea
  2. Por su gran variedad
  3. Por su versatilidad
  4. Por su carácter típicamente español
  5. Porque hacen amigos
  6. Por su composición nutricional: En contra de lo que se cree, el valor calórico de las aceitunas gira en torno a las 150 kilocalorías por cada 100 gramos, frente a las 450-550 kcal de otros snacks…
  7. Porque te gustan

En Aceituning, 19 reconocidos chefs españoles presentan 57 aliños diferentes utilizando ingredientes autóctonos de cada región con el objetivo de sacar el máximo partido a las aceitunas. Desde aliños tradicionales como ajo o tomillo a otros como alcaparras, queso o pimiento, y llegando a modernos y atrevidos como jengibre, salsa de soja o wasabi.

Descarga en ESTE ENLACE


“Lo esencial en el arte de la cocina es tener una actitud de espíritu profundamente sincera y respetuosa hacia los productos y el tratarlos sin juzgarlos por su apariencia (…) Tratad los alimentos con el mismo respeto con el que trataríais a los destinados a la mesa del emperador”

“Recordad que una planta silvestre puede alimentar al sagrado embrión y hacer crecer el germen de la Vía. No la rechacéis con desprecio ni la tratéis a la ligera. Un instructor y guía de dioses y hombres debe saber sacar partido de una simple legumbre”
Maestro Dogen

¿Puede un texto sobre la cocina escrito en el siglo XIII aportarnos enseñanzas importantes en la época de los microondas y comida envasada? La respuesta es sí, nos puede ofrecer una mirada distinta al arte de cocinar los alimentos: respeto, orgullo, valor y espiritualidad.

“Instrucciones al cocinero de un monasterio zen” es un texto breve (unas 15 páginas disponibles en pdf) del Maestro Dogen (1200- 1253) en el que da consejos al Tenzo o cocinero de un monasterio zen, un cargo más relevante de lo que parece.

El maestro Dogen fue monje, filósofo y se le considera el “más grande y revolucionario pensador” del Japón medieval, país en el que introdujo el busdismo zen. También destaca porque abrió a las mujeres el acceso a los dojos y se negó a que el emperador le cubriera de honores. La película “Zen” trata sobre su vida y obra.


 


 

 
 

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